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LA COLOCACIÓN DE LOS INVITADOS EN LA MESA
En otro artículo de la web ya se había mencionado que, antiguamente, los invitados a una comida o cena de etiqueta pasaban a la sala donde se iban a sentar de dos en dos. Las damas iban siempre agarradas del brazo de un caballero, por la galantería de que una dama fuera acompañada. Si el número de mujeres y hombres en reuniones de este tipo era desigual, entraban dos hombre o dos mujeres juntos pero sin agarrarse. Para comprender esta costumbre mejor, imaginen una especie de cortejo dirigido hacia la mesa; esta calificación no es para menos, pues el acto de comer se erige como una ceremonia desde tiempos remotos. Aquel hábito de entrar de dos en dos a la sala donde se iba a comer estaba tan consolidado que en las celebraciones formales donde convergían gentes desconocidas (por ejemplo del ámbito de la política) se especificaba a quién debía darse el brazo para encaminarse a la mesa. Si no se conocían las personas que debían entrar juntas, era el responsable de protocolo quien se encargaba de hacer las presentaciones oportunas. Actualmente, esta práctica ha quedado en desuso, pero queda como vestigio el conceder sentarse primero a las señoras y a las personas mayores. .
En las comidas o cenas de gran etiqueta, como cenas de gala, bodas o celebraciones oficiales, el proceso a seguir para distrubuir a los invitados es el siguiente:
1º) Se hacen llegar las invitaciones con los planos de mesa, donde queda definida la colocación de los comensales. En estas invitaciones, es obvio que se describe el motivo del evento, el sitio y la hora cuando va a tener lugar.
2º) Se pone una minuta o menú en el lado izquierdo del comensal.
3º) Se coloca un tarjetón con el nombre del comensal encima de la servilleta, que está situada sobre el plato de principios.
En la siguiente imagen mostramos cómo debe ser la distribución de los invitados en la mesa, en el caso de mesas rectangulares, las más habituales en las casas particulares. Se trata de un caso hipotético en el una matrimonio con dos hijos invita a dos matrimonios: el señor Domínguez y su esposa y el señor Estaban con su señora.
Los anfitriones, es decir, las presidencias, ocuparán los lugares centrales de la mesa. A la derecha de la anfitriona se sienta el invitado de honor, por tratarse del lado más privilegiado; a la izquierda de la anfitriona, se sienta el segundo invitado en importancia. Por su parte, a la derecha del anfitrión se sienta la invitada de honor (esposa del invitado de honor), mientras que a su izquierda lo hará la segunda invitada en importancia, también esposa del segundo invitado en prestigio. Se debe procurar que en la mesa alternen hombres y mujeres, de esta manera, se potencia la relación en la mesa, pues los matrimonios quedan separados y no se aislan en sus conversaciones. Lo mismo sucede con aglutinar mujeres u hombres en un sector, que motivaría que se creasen grupos de conversación; por ejemplo, si ponemos a las mujeres agrupadas en un lado y a los hombres en otro, seguramente cada bando acaba imbuído en los temas propios de su sexo, y esto no es conveniente.
Por último, en los extremos de la mesa se sientan las personas más jovenes, en este caso los hijos de los anfitriones. .
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